Acompañado de mi amigo Rafael Guzmán, skalega que trabaja por el turismo de su tierra castellanoleonesa, he tenido la oportunidad de estar en
la presentación de la nueva edición de las Edades del Hombre, esa magna
exposición de arte religioso que se viene celebrando en la comunidad autónoma
de Castilla y León y que supone todo un referente para conocer el arte español.
Mi última visita fue el año pasado a la todavía en construcción basílica de
Santa Teresa, en Alba de Tormes, de donde era natural uno de mis abuelos; no he
tenido la posibilidad de acercarme en 2016 a la exposición de Toro (Zamora). Sí
lo espero, Dios mediante, ir a la de Cuéllar, en Segovia.
Pues bien, fue en este pueblo, en la
iglesia de San Miguel, situada en el centro de la villa, donde se presentó oficialmente
la nueva edición, en presencia del obispo de la diócesis, César Franco; el
director general de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León, Enrique
Sáiz Martín, y del alcalde de la localidad, Jesús García Pastor. La iglesia
estaba abarrotada. Alguien dijo que nunca había visto el templo así de lleno.
El lema de esta nueva edición es “Reconciliare”,
siguiendo la doctrina emanada del papa Francisco. donde una mano se nos tiende
para estar a bien con Dios y con los hermanos los hombres.
Las Edades del Hombre se podrán ver
en Cuéllar en tres templos de la localidad: las iglesias de San Andrés, San
Martín y San Esteban y tendrán como elemento primordial “Las Bulas de
Indulgencia”, algunas de ellas incunables y descubiertas en 2008 en el túmulo funerario
de doña Isabel Zuazo, esposa del alcalde del castillo de Cuéllar y uno de los
personajes más importantes del siglo XV de esta zona castellana. en la iglesia
de San Andrés durante unas obras de restauración del edificio. En total son 49
bulas que suponen un verdadero testimonio del pensamiento religioso de la Edad
Media en España.
De la magna exposición de las Edades
del Hombre se han realizado ya 21 ediciones que las han visitado 11 millones de
personas; se han expuesto 4.873 obras, de las que se han restaurado más de 2.500
obras en la sede del Monasterio de Santa María de Valbuena, en Valbuena de
Duero (Valladolid). Todo ello ha llevado a que los castellanoleoneses sientan
como propio ese enorme tesoro religioso y cultural, que deja en las localidades
donde se celebran estos eventos un gran movimiento económico por la importancia
del turismo cultural que atrae a numerosos visitantes y turistas.
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