Crónica viajera por el Nilo egipcio...
Salah Atris Abd Alah, más conocido
como Saladino, nuestro guía turístico,
nos lleva a ver los Colosos de Menón, a la misma entrada del Valle de los
Reyes, unas enormes estatuas que se
están destruyendo por los cambios meteorológicos y por las defecaciones de los
cientos de palomas, que cada día depositan en sus cuerpos de piedra. Nos pide a
unos cuantos que digamos algunas ideas para ver cómo se pueden salvar. Le
apunto la sugerencia que las autoridades egipcias o de la UNESCO coloquen unos
aparatos ultrasonidos que las espanten continuamente. Le gusta la idea y me
hace grabarla, con su móvil, en español para subirla después a su Facebook.
La seguridad policial en esta zona
se hace notar, es visible y convincente. Los terroristas están siempre
dispuestos a todo con tal de que su actividad asesina se refleje en todos los
medios informativos del mundo. La policía egipcia da sensación de paz y
seguridad en esta zona tan turística que da trabajo a tantos y tantos nobles
ciudadanos de este milenario país.
Como decía, la seguridad ha cambiado
para mucho y para bien en el Valle de los Reyes. En este atractivo lugar, el
viajero visitó tres tumbas: la de Ramses IV y IX, con gran profusión de
imágenes y jeroglíficos. La tercera tumba visitada fue la del faraón Memes Patah, hijo de Ramses II, del que se
piensa que fue el que expulsó a Moisés hacia la Tierra Prometida.
Posteriormente hubo una visita al
templo de la reina Hasepsut, una verdadera feminista que logró ser faraona a
pesar de ser mujer. En este mismo lugar sufrió Egipto un gravísimo atentado
contra su turismo, al ser ametrallado varios visitantes alemanes y austríacos,
muriendo varios de ellos. En la capilla cercana al gran templo de esta reina,
situado en pleno Valle de los Reyes, se aprecian varios bajorrelieves de la
soberana.
Karnak es un grandioso templo, donde
diversas generaciones faraónicas han dejado su impronta. Es visitado
diariamente por numerosos turistas de
diversas nacionalidades. Un punto muy atractivo es el Paseo de los Carneros,
que unía este templo con el de Luxor. El viajero se ve empequeñecido por la monumental entrada
que engrandece la figura del faraón ante visitantes foráneos. Llama la atención
la gran columnata de bellos capiteles que son como flores de loto que se abren.
La superficie de este espacio es mayor que el de la catedral Notre Dame de
París. Un poco más allá nos reciben dos obeliscos, el mayor de los dos es de la
reina Hapsesut. Cerca el lago sagrado que en su origen era redondo y hoy un
rectángulo. En él se purificaban los faraones y sus acompañantes antes de
entrar al templo.
Uno ve una curiosa estatua y gente
alrededor dando vuelta: Es el escarabajo sagrado al que hay que darle siete
vueltas para obtener el deseo pensado. Las mujeres que deseen quedarse
embarazadas han de hacer lo mismo, claro que Egipto no necesita tanta
fertilidad del escarabajo, ya que cada 23 segundos nace un niño.
Y de aquí, a poca distancia el otro
gran templo, el que da el nombre a la ciudad: Luxor. Llegamos de noche y las
luces le dan un encanto especial, sobre todo a la columnata. A la llegada nos
recibe un grupo egipcio que luchaba civilmente a favor de los minusválidos y el
grupo se hizo fotografías con todos nosotros que nos regalaron banderas egipcias
y nos agradecieron nuestro apoyo. En el exterior, el guía nos dijo que se
sentía muy orgulloso de la restauración de una estatua, colocada en el
exterior, realizada por expertos arqueólogos egipcios.
En el interior del templo hay una
mezquita que se haya separada ya de las construcciones faraónicas, pero que
siglos pasados formaba parte de él, como también lo formaba un templo
cristiano, Tras la pared principal de este templo hay una entrada al templo egipcio en el que se puede ver en
un bajorrelieve al gran Alejandro Magno, vestido con ropas faraónicas, como
dueño y señor del Alto y Bajo Egipto. La información de esto la proporciona un
jeroglífico anexo a la figura del gran estadista griego.
La larga jornada concluyó con un
paseo en calesa por el Luxor moderno y al mismo tiempo pintoresco, parando en
un bar del pueblo mezclándose con la gente en un bar típico y fumando tabaco en
una cachimba árabe.
1 comentario:
Amigo J. P. Que viaje más guay me has regalado. Es impresionante me ha parecido vivirlo. Muchas Gracias. Un abrazo.
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