En la embajada de Italia se ha celebrado en la tarde del 20 de junio un interesante encuentro dedicado a la situación real de la Unión Europea en nuestros días. El encuentro ha sido organizado por el capítulo español del Senado de Economía de Europa que preside la austriaca Benita Ferrero, ex ministra de Exteriores de su país y ex comisaria de Exteriores de la Unión Europea.
Abrió el encuentro el ministro de Exteriores de España, Josep Borrell, recién llegado del viaje oficial de los Reyes a los Estados Unidos, quien en un brillante discurso habló de los problemas actuales que tiene la Unión Europea, dada la continua desafección europea que muestran muchos de sus ciudadanos. Dijo que los intereses materiales no son los únicos a defender dentro de la Unión. Europa se enfrenta ahora a verdaderos problemas tras los cambios de gobierno de Italia y España, pues el asunto del buque Aquarius ha sido un revulsivo y un electrochock. Europa debe cambiar su actitud antes la seguridad, la defensa, la inmigración, aunque es verdad que necesita inmigrantes ante la baja natalidad de muchos países, entre ellos España.
En el campo de la economía, Borrell afirmó que hay verdaderos problemas económicos, pero hay que hay un gran dilema: Los riesgos hay que reducirlos para después compartirlos todos los miembros de la Unión o compartirlos primero par después reducirlos. Y los problemas no se solucionan solos, de ahí que en el próximo Consejo Europeo a celebrar en los próximos días haya que enfrentarse a realidades tangibles y encontrar soluciones.
Muchos jóvenes universitarios de su curso se han mostrado euroescépticos y eso da pie para decir que hay que impulsar lo bueno que ha aportado la Unión Europea y no refundarla, como se proponía de título en el debata "Refundar Europa".
Previamente habían hablado el presidente de la Fundación Independiente y vicepresidente del Senado Económico Europeo, Aldo Olcese, quien dijo que pese a los buenos resultados económicos, Europa no se entiende sin unos valores históricos que nos han unido a todos a lo largo de los tiempos.
Esa fue mi pregunta, al final de las varias exposiciones, incluidas las de los embajadores de Alemania Francia, Italia y Austria, ¿qué problemas hay para seguir teniendo como valores europeos los del humanismo cristiano? En su última intervención Benita Ferrero dijo que es verdad que el humanismo cristiano aportó y aporta muchos valores a Europa, pero como hay muchos gobiernos que son laicos, se ha decidido apartarlos de los valores de la Unión Europea para no crear conflictos.
Previamente Benita Ferrero, austriaca, pero casada con un español y viviendo en España, dijo que un problema grave es la inmigración ilegal, por temas políticos o económicos. Aportó una idea - a estudiar en una segunda edición de estos debates- para ayudar a los países del norte de África a que haya con ellos un "Plan Marshall" europeo con el fin de realizar inversiones en sus países para aposentar a la población en sus territorios.
También intervino el ex ministro de Exteriores con Aznar, Josep Piqué, diciendo que asumía lo dicho pro el ministro Borrell. Apuntó los valores que ha tenido y tiene la Unión Europea, una unión de naciones que surgió del miedo y que ha hecho que durante 75 años no haya habido una guerra en el Viejo Continente, territorio que se ha desangrado en numerosas guerras cientos y cientos de años atrás.
El último en hablar fue el embajador de Austria, Christian Ebner, que lo hizo tras sus colegas de Italia, Alemania y Francia, quien desarrolló ante un numeroso público los tres principales problemas que ha de lidiar su país como presidente de la Unión Europea durante los meses de su mandato: El Brexit del Reino Unido, la seguridad interna y la externa en las fronteras de Europa ante la inmigración ilegal .
2 comentarios:
Los fenómenos migratorios, tienen que ver con la pobreza y las injusticias en los países de origen. Nadie se va de su casa por gusto, sino porque le echan de allí.
El "Primer mundo", tiene una gran parte de responsabilidad en las migraciones, porque colonizamos económicamente a los países subdesarrollados, para poder explotar sus materias primas, a costes muy bajos, que nos permiten vivir opíparamente en Occidente.
La solución no es robar ni explotar, sino ayudarles a que se desarrollen en todos los ámbitos
Y de ahí ese escepticismo hacia el europeismo. Las políticas europeas tienen que cambiar mucho para que el grueso social las acepté. Se avecinan graves problemas. Y no por culpa de los inmigrantes.
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