Hoy he tenido el gusto de intervenir como un amante de los viajes impartiendó una conferencia sobre Honduras en el salón de actos de Pangea Travel, en la calle Príncipe de Vergara, 26, de Madrid.
Abrió el acto el embajador de Honduras en España, Norman García Paz, quien agradeció la labor del conerfencianet por divulgar las bellezas de su país.
Intenté descubrir un país muy atractivo y poco conocido en turismo, especialmente en dos destinos tan distintos y tan distantes como Comayagua, la ciudad colonial más antigua del país, fundada por el extremeño Alonso de Cáceres el 8 de diciembre de 1537 y la isla de Roatán, la isla que recuerda a los piratas del Caribe de las famosas películas y que hoy es uno de los centros turísticos más interesantes de Centroamérica.
Comayagua, antigua capital de la nación dese 1825 hasta 1880, posee un centro colonial envidiable, donde se han recuperado las construcciones españolas, entre ellas Caxa Real, lugar donde se guardaban los tesoros de la colonia para ser transportados a España. La catedral y otros templos, así como edificaciones propias del lugar dan idea lo que era la Comayagua colonial, una ciudad española transportada a la América Central, con el reloj público más antiguo de todo el Nuevo Continente.
Roatán fue británica hasta 1861 en el que el Gobierno inglés la cedió a Honduras por estar en sus aguas territoriales, por eso hay una gran herencia británica y el inglés es un idioma muy usado en la isla. La isla de Roatán, de 127 kilómetros cuadrados, con 23 cayos y una población de unos 100.000 habitantes, fue de 1560 a 1740 un verdadero refugio de piratas y corsarios británicos que atacaban a los barcos de la Corona española. Su refugio estaba en la zona de los manglares. Nombres míticos como Edward Teach (Barbanegra), Henry Morgan o John Coxon, que ha dado nombre a la capital de la isla Coxen Hole, de unas 5.000 personas y un magnífico aeropuerto.
Uno de los mayores atractivos de Roatán es conocer la cultura garífuna, ese pueblo negro, descendientes de los esclavos negros ingleses procedentes de las islas de Jamaica, de San Vicente y de otras islas caribeñas que en 1797 se rebelaron contra los británicos y fueron expulsados a esta isla hondureña poco más de 2.000 personas. Hoy los 600.000 garífunas están repartidos por los países vecinos de Nicaragua, Guatemala, Belice, incluso los Estados Unidos.
Tras la conferencia, la embajada de Honduras en España ofreció a los asistentes una degustación de productos de su país: Cervezas, licor garífuna gufitti, y chips de plátano, así como café hondureño, con galletas artesanales, rosquillas y tustacas.
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