El almuerzo, al que asistieron 54
periodistas y acompañantes, fue exquisito, a base unas tapas de rabas de
calamar del Cantábrico y bolsitas ricas, amén de un excelente pastel de cabracho; un
segundo con una sabrosa sopa de pescado, para concluir con unas carrilleras de cerdo
ibérico al vino tinto. Como postre, un combinado de dulces de la casa…
Coincidieron en mi larga mesa el presidente
de la asociación, Mariano Palacín; el organizador de la comida, Quino Moreno, y
a mi derecha Rafael Casas, que fuera director de comunicación de SEAT y, en su
tiempo, primer y tercer director general de Turismo de la Comunidad Autónoma de
Aragón. Me confesó que también fue presidente del Skal de Aragón.
Cómo conocí al poeta Gerardo Diego
La conversación me hizo recordar una
anécdota que viví con un ilustre cántabro. Se trata de un que un día, cuando era
estudiante de Periodismo en Madrid, allá por el comienzo de la década de los
70, recibo una invitación para asistir al salón de actos de la Biblioteca Nacional
al recital de poemas de una ya reconocida poeta extremeña, Pureza Canelo, después
reconvertida en amiga. Pues bien llego al salón y estaba completo, salvo una
butaca en la primera fila. Agachando la cabeza, con mucha humildad u vergüenza avanzo
por el pasillo central me siento lo más discreto posible en la última butaca de
la derecha, según se mira al estrado. Allí, a mi lado, había un hombre mayor,
que atendía con suma atención lo que decía la poetisa. Yo le mitraba de reojo y
me recordaba a alguien, por más que pensaba no me salía quien podría ser. Solo
que me recordaba a alguien de una foto en un libro de estudios. Con el tiempo
veo que era una persona muy conocida de mi libro de literatura española. ¡Me
senté junto al excelso poeta Gerardo Diego con el que nunca crucé una sola
palabra!
Tras el almuerzo, hubo un sorteo de
premios, que coordina Enrique Sancho y que gracias a Manuela Carmena, la
alcaldesa de Madrid, porque fui a poner dinero en el aparcamiento callejero y me dieron otro número distinto que a mis compañeros de mesa, me tocó un bonito premio de Croisi Europe, consistente en
un crucero por el río Sena, cuatro días y 3 noches.
También mi amigo Hamdi Zaki, egipcio,
hizo varios regalos a los periodistas de turismo de España, regalos de artesanía
egipcia y un viaje a este encantador país. Después hizo un discurso en el que
destacó que el Papa de Roma autorizó la ruta de la Sagrada Familia en Egipto,
siendo integrada dentro de las rutas turísticas, por este y otros motivos la
demanda turística se ha incrementado, pues allí conviven musulmanes y
cristianos. De hecho, el presidente Al-Sisi inauguró hace pocos días junto al Papa
copto Twadrod la catedral más grande de Medio Oriente. Otra pronta inauguración
es la del Nuevo Museo de El Cairo, pues tuve oportunidad de visitarlo en diciembre
de 2017. Una verdadera joya.
1 comentario:
Paco Rivero un embajador excepcional
Publicar un comentario