Durante unos días de confinamiento me he estado repasando el libro que adquirí en Garrovillas durante unas jornadas de Historia titulado “Alconétar. Colección de documentos, escritos y publicaciones”, de Santiago Molano Caballero. Este libro lo he repasado a fondo y trata, en varias ocasiones, las relaciones de Garrovillas de Alconétar con Hinojal, aldea que formó parte del Condado de Alba de Aliste, junto a Cañaveral, Talaván, Monroy y Santiago del Campo.
Año 1225.- Conquista de estas tierras
a los moros
En el año 1927, Publio Hurtado
publicó en Cáceres su obra “Castillos,
torres y casas fuertes de Extremadura”. De esta zona escribe sobre el
castillo y la leyenda de Rochafrida, hoy bajos las aguas del pantano de Alcántara,
que solo se deja asomar de vez en cuando en los veranos y en las sequías y que,
como el puente romano de Alconétar, debería ser rescatado de las aguas. Es una
obra histórica en las que se inspiró Miguel de Cervantes para
hablar de su leyenda del bálsamo de Fierabrás, salido de un rosal de una espina
de la corona de Cristo. Todo ello lo puede leer en el capítulo X de El Quijote.
Y Publio Hurtado dice de esta zona:
Se
cree que fué el Túrmulus de los
romanos, población asentada en la confluencia del Tajo y el Almonte, en el Camino de la Plata, que conducía
desde Mérida á Salamanca y Zaragoza, habiéndose construído su puente en tiempos
de Augusto. Los árabes la llamaron Alconetera,
que significa segundo puente, ó dos puentes, como quieren algunos, por existir
uno sobre cada río de los citados. A un extremo del puente que se denominó Mantible, sobre el Tajo, se edificó
el castillo, y bajo la denominación de los árabes fué pueblo de bastante
importancia.
En la
segunda mitad del siglo XII, y primera del XIII, pasó varias veces de poder de
los moros al de los cristianos y viceversa. Su primera reconquista tuvo lugar
por D. Fernando II de León en 1167; la última por D. Alfonso IX, en 1225, y
siempre se dio por los monarcas á la Orden militar del Temple, comprendiendo la
jurisdicción de esta villa los pueblos de Garrovillas, Talaván, Hinojal,
Cañaveral y Santiago del Campo.
Por este dato, se puede decir que
hacia el año de 1225 los cristianos reconquistaron la aldea de Hinojal a los
árabes.
Año
1432. Garrovillas, para el II Conde de Niebla
En el año de 1650 se publicó en Madrid la obra de Pedro
Barrantes Maldonado titulada “Ilustraciones de la Casa de Niebla” en la que se
da cuenta de la cesión de la villa de
Alconétar por el rey Juan II de Castilla (Toro 1405 – Valladolid 1454), al segundo
Conde de Niebla, don Enrique de Guzmán.
Documento en favor del Conde de Niebla
El documento fechado el 16 de enero
de 1432 dice en sus comienzos:
«El Rey Don
Juan, segundo nombre en la casa de Castilla, considerando los muchos servicios
que Don Henrrique de Guzmán, conde de Niebla, su tio, le avía hecho en diversas
vezes y tiempos; los muchos gastos que siempre avía hecho por serville,
especialmente en esta jornada que fueron á la vega de Granada, hizole merced de
la villa de las Garrobillas de Alconétar sobre el rio de Tajo, con el paso de
las barcas y derechos y del castillo de Rochafrida que está sobre las barcas, y
de los lugares del Cañaveral y Santiago y Hinojales, de lo qual yo he visto el
previllegio. Dice la fecha año de mil y quatrocientos y treynta é dos. Eran
estos pueblos de los infantes de Aragon, de lo que les confiscó el Rey.
Año 1442.
Garrovillas pasó a manos de la condesa de Alba de Liste
En el tomo II de su obra
“Ilustraciones de la Casa de Niebla”. (editado en Madrid en 1650) por el mismo
autor Pedro Barrantes Maldonado, trata de cómo Don Juan de Guzmán, Duque de Medina, Conde de Niebla, dio a su
hermana Doña Teresa de Figueroa y Guzmán, primera condesa de Alba de Liste, la
villa de las Garrovillas de Alconétar y sus aldeas cercanas.
Parador de Alba y Aliste (Zamora)
El citado documento
dice a este respecto:
Como
en esta sazon viniese Doña Theresa de Figueroa é de Guzman, condesa de Alva de
Liste, á Sevilla, á ver é holgarse con su hermano Don Juan de Guzman, duque de
Medina, conde de Niebla, fue por el hermano recibida con mucho amor é fiesta, é
holgóse algunos días en Sevilla; é porque su hermana la condesa de Alva le loó,
diziendo que quando pasó por las barcas de Alconetar é villa de las
Garrovillas, que era del duque de Medina que le avia parecido buen pueblo, el
duque de Medina le dixo; «Señora hermana, justo es que los hermanos que tienen
mas que ayuden á los que no tienen tanto, é ansi por esto como por el amor que
yo os tengo, siendo como sois mi sola hermana, é porque os parescieron bien las
villas de las Garrovillas é Alconetar, yos hago gracia é donacion dellas con
todo lo que en ellas me pertenece para vos é para vuestros descendientes, para sienpre
jamas», y le hizo escrituras dello muy firmes é fuertes; é lo que le dió el
duque Don Juan á su hermana es la villa de Alconetar, que está despoblada,
donde está castillo de Rochafrida é la puente sobre Tejo, é las barcas que
rentan hoy dia solas las barcas con la luria por do pasa el ganado mili ducados
en cada un año; é dióle la villa de las Garrovillas, con las aldeas del
Cañaveral, Hinojales é Santiago, los quales pueblos lindan sus terminos con los
de las villas de Alcantara é de Caceres, y del Portezuela.
Año 1575. Construcción de dos puentes en el Tajo y el Almonte.
En el Archivo Municipal de
Garrovillas hay un documento de tres folios, fechado en 1575 en el Palacio de
los Condes de Alba y Aliste, (hoy Parador Nacional de Turismo) en Zamora. Se
trata de un documento
del siglo XVI, en el que al conde de Alba de Liste se le comunica por una Carta
de Provisión Real de su Majestad el rey Felipe II, que en el río Tajo en el
lugar donde están las barcas de Alconétar y por donde pasa el camino de la
Plata se iba a construir dos puentes de piedra sobre los dos ríos, Tajo y
Almonte. El Conde, desde su residencia en Zamora, remite el 30 de marzo de 1536
al Concejo de Garrovillas dándole las normas y condiciones para su
construcción. Me llama la atención que lo primero que se hacen son dos
puentes de madera, que servirán de fábrica para los de piedra y que esta piedra fue traída por el río Tajo en barcas desde la Serranía de Cuenca.
Desde
la villa de Cáceres se escribe:
D.
Carlos Riquelme de Villavicencio, corregidor en la villa de Cáceres y su tierra
por su Majestad, hago saber a los señores del Concejo de justicia e Regidores
de las yvillas y lugares de las Garrovillas y el Cañaveral e Hinojal, Santiago
del Campo, Torrejoncillo y el Pedroso y el Portezuelo e la Portaje e las
Casilla, que por su Majestad me fue enviada una su Carta e Provisión Real
sellada con su real sello e manada de los señores presidente e consejeros de su
muy alto e Real Concejo que es de la dicha provisión.
Y sigue el documento
más adelante:
…hemos
mandado hacer un puente de piedra y otro en el río Almonte que es cerca de las
dichas barcas e como no haber dichos muchas
mercancías y por tener de los dichos inconvenientes cuando el dicho río Tajo va
crecido muchos de los que van por dicho camino están detenidos de una parte y
de la otra del río algunos días sin poder pasar por las dichas barcas y porque
para hacer los dichos puentes de piedra de manera que sean perpetuos y bien
labrados y edificados como conviene es menester gran suma de dinero y según la
grandeza que han de tener y la mucha piedra, aparejos y materiales que para
ello son necesarios e maestros e oficiales e gente que en ello han de entender
aunque pagasen luego la mano en la obra sería menester muchos años para hacerse
o acabase e por evitar los grandes daños e inconvenientes que están dichos.
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