Una familia, dos hermanas y varios primos han puesto en
valor un terreno en uno de los pueblos más desconocidos de la ciudad de Madrid
y que hoy es un emporio de riqueza gastronómica en el que todos, cada uno desde
sus conocimientos de la realidad profesional a través de la experiencia o de
los estudios, han sabido sacar adelante el negocio familiar, un asador
castellano al horno de leña, que montara el abuelo en una calle del pueblo al
que denominaron La Ochava, por estar en una travesía a tres calles desde la
calle Mayor de Valdilecha,
Las dos hermanas, Juani y Angelita, tras muchos años de
trabajar duramente en el restaurante del padre, lograron construir el Palacete
de la Ochava en los terrenos de un familiar, con unas preciosas vistas hacia el
monte, una joya de hotel, refugio de los que buscan la tranquilidad y lugar
preferido por muchos novios para celebrar en él unas singulares bodas, incluso
este tiempo de la pandemia tiene contratadas ya las fiestas familiares de
varios enlaces, pues según el actual director, Víctor Morante, a los
contrayentes, sus invitados y personal que asiste al evento, les hace previamente
un análisis de antígenos, con un médico, un sanitario y una ambulancia en la
puerta. La seguridad sanitaria está garantizada.
Y ahora vamos con un menú que preparó para un pequeño
grupo selecto de personas, en dos mesas distantes, en el que coincidimos
profesionales de la gastronomía y de la enología para catar, probar y disfrutar
de la buena cocina del Palacete de la Ochava. En la amplia cocina, dos
reconocidos profesionales como José López y Sergio Ruiz, y en la sala Bianca
Lazar.
Como aperitivo, un jamón ibérico montado en pan de
cristal, más una aceituna que se explotaba su aceite en la boca, además un
chupito vichyssoise de crema de boletus, con croqueta de bienvenida y Gilda 2.0
En los entrantes un suculento foie micuit, acompañado de
una compota de manzana y un dulce de una gominola de vino. Un segundo plato fue
la exquisita navaja del Cantábrico sobre un parmentier de patata del terruño,
de la comarca de Valdilecha, con vinagreta trufada y para concluir unas verduritas
de temporada a baja temperatura con espuma de queso y tomate liofilizado.
En los platos de pescado hubo un extraordinario rodaballo
a la brasa en pipil cítrico, pero apasionante fue el atún rojo de almadraba en tres
texturas de tomate. En este punto Víctor Morante apuntó que en su cocina se
buscan los productos de cercanía para crear riqueza en la zona y usar menos productos
globales.
Las carnes fueron singulares: Un steak tartar al estilo
japonés, que quizá no era mucho de mi gusto, y un exquisito costillar de
cochinillo trufado con patatas al romero, que fue una verdadera delicia, al
menos para mí.
Su carta de vinos es abundante: Cinco blancos y nueve
tintos. Tomamos un ·verdejo de Pandora, en los primeros platos y un “Angelitos
negros”, de Toro, pero era mucho mejor haber regado el suculento almuerzo con
un tempranillo “Balbas”, con cinco meses en madera de roble. Una sugerencia,
hay que tener vinos de cercanías, más vinos de Madrid.
Los postres Una sopa de chocolate blanco y crumble de frutos secos y un pan brioche y cremoso de leche y canela, que hubo que dejar para después ya que comenzaba la visita al Palacete de manos de Juani.
En total son 60
habitaciones, muchas de ellas esplendorosas, pero lo que me llamó la atención fueron
las dedicadas al mundo taurino, entre otras con nombres tan singulares como
Enrique Ponce, la del anterior alcalde de Madrid, José María Álvarez del
Manzano, al que se le ve en una foto poniendo su cartel a la puerta de su
habitación o la de mi amigo y excelente crítico taurino Miguel Ángel Moncholi.
Llama la atención su singular estacionamiento, con una exquisita decoración de
fotos y luces, así como la habitación–guardería para los niños que acompañen en
las bodas o en los eventos, con una persona responsable y entendida en sus
cuidados.
¡Una gran idea!
Hotel
Palacete de la Ochava - Perfecto para todo tipo de Eventos
(hotelpalaceteochava.com)
3 comentarios:
Se me ha hecho la boca agua, con el desfile de todos estos manjares, que has descrito con maestría, Paco. Ya quisiera yo ser periodista para tener tu misma fortuna, y poder disfrutar de tantos placeres gastronómicos, para luego contarlo al público.
Buen lugar, este Palacete de la Ochava, para todo tipo de celebraciones. Un verdadero lujo, que, al ser un negocio familiar, tiene la garantía del especial esmero y cuidado en todos los detalles.
Mi más sincera enhorabuena, y mis deseos de muchos éxitos, a este magnífico Palacete de la Ochava.
Exquisito menú Doctor Rivero y excelentes comentarios excepto el plato referente al estilo japones jiji
Un menú exquisito y delicado para un lugar tan singular y cuidado. Derrocha sensibilidad por doquier ¡Enhorabuena y muchos éxitos a sus fundadoras! Marife Fuentes Bodegas Leneus
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