Acaba de pasar en el mundo católico
la Semana Santa. Y un servidor la ha disfrutado en Málaga, la capital de la
Costa del Sol española, una Semana Santa declarada Fiesta de Interés Turístico
Internacional.
En estos festejos de la Semana Santa
se implica toda la población de la ciudad, desde las autoridades religiosas,
civiles, militares y el pueblo llano, que vive con intensidad en las cofradías
los pasos de la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, con “tronos”,
donde llevan en andas por diversas calles el recorrido oficial, pasando los
tronos más pequeños por el interior de la preciosa catedral, que cuenta con
solo una torre y por eso la llaman “la manquita”. Tiene una torre porque el
pueblo de Málaga decidió hace siglos gastarse ese dinero en apoyar la
independencia de los Estados Unidos de Inglaterra en vez de terminar la segunda
torre catedralicia.
La Semana Santa malagueña cuenta con
45 procesiones desde el Lunes Santo al Domingo de Resurrección. Se abre a las
10 de la mañana del Domingo de Ramos con la procesión de la Pollinica, que se
encierra en su templo a las cuatro y media de la tarde y la Semana Santa se
clausura el Domingo de Resurrección, pero hay que decir que el Jueves Santo, el
día grande, se cierran las ocho marchas religiosas con el precioso trono de la
Virgen de la Esperanza que empieza a las nueve de la noche y va a su templo a
las tres de la madrugada, al igual que al día siguiente lo hace la procesión de
la venerable Orden Tercera de los Siervos de María Santísima de los Dolores,
que sale del templo de San Felipe Neri.
El primer día de la Semana Santa de
este año hubo un acontecimiento histórico. Por primera vez, desde 1976, salía
en procesión el Cristo Mutilado, una imagen del siglo XVIII, que, en julio de
1936, durante los asaltos de las iglesias de Málaga, algunos desalmados
mutilaron y le rompieron las piernas, por lo que ha sido restaurada la imagen y
ahora se llama el Cristo de la Clemencia. El alcalde de la ciudad, Francisco de
la Torre, dijo en televisión que es una buena labor de la democracia superar
esos difíciles momentos de la guerra civil española en la que los republicanos
izquierdistas asesinaron a tantos religiosos y quemaron iglesias y conventos.
En esta singular Semana Santa hay
pasos que son considerados por los malagueños como muy queridos, propios y
singulares. El más famoso de ellos es el Cristo de la Buena Muerte o de Pedro
de Mena, imagen que fue totalmente destruida por los izquierdistas de la
República Española en el año 1931. Un imaginero malagueño, Francisco de Palma
Burgos esculpió en 1942 una nueva imagen que pesa unos 150 kilos y que es
llevado a brazos en alto los legionarios, pues este Cristo está a su cuidado.
El pueblo malagueño se agrupa en las calles de Málaga para ver de cerca el
desembarco de la Legión en el puerto y posteriormente ir al templo y
procesionarlo ante las autoridades y miles de personas, cantando su famosa
canción “El novio de la muerte”. A las 19,30 de la tarde del Jueves Santo sale
a procesionar este Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas y Nuestra
Señora de la Soledad de la parroquia de Santo Domingo. Portan las andas del Cristo
un total de 380 hombres, pasando por las estrechas calles de Málaga y yéndose a
recoger a su templo a las 2,30 de la madrugada.
Si quieres ver todo en el programa de televisión "En Directo", que en esta semana se emite desde Nueva York, pica este enlace:
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