Estos días se habla de la independencia unilateral de Kosovo. Un bien para pocos y un mal para muchos por lo que ello supone para la inestabilidad de muchas naciones entre ellas España.
Puedo entender en este debate político que nos atenaza constantemente estos días electorales: Unos dicen que España se rompe y otros que no ven el peligro dar todo lo que pidan a los nacionalistas con el fin de seguir en el poder. Uno que es ciudadano de a pie creo que no hay que ser tan alarmista por el rompimiento de España, pero tampoco hay que ser tan generosos con los que quieren independizarse, a costa de vender la unidad del Estado Español, de nuestra querida España, por un poco de erótica del poder y seguir en el machito.
Tuve una experiencia con Kosovo. El mismo día que volaba desde Barcelona a Eslovenia, con la compañía Adria Airways, comenzaba la Guerra de Kosovo, cuando los aviones de la Alianza Atlántica iban a bombardear a las tropas serbias de Milosevic en esa provincia. Los aviones civiles tenían que dejar el espacio y las aerovías a los aviones militares de la OTAN. Gracias a ello sobrevolamos Liubjliana, la capital de ese país centro europeo, pegado a italia y Austria por el norte y a Croacia y el Mar Adriático por el sur. Tenía como compañero de asiento a un música esloveno de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y estaba ilusionado porque por primera vez en su vida veía a esta preciosa ciudad desde el aire.
Seamos positivos: Tengamos paz y sosiego; tengamos diversidad en la unidad. Es bueno ser diversos, pero no distintos. Me gusta ser catalán y vasco y madrileño, sin dejar de ser extremeño y por ende español; es decir, ciudadano del mundo.
Puedo entender en este debate político que nos atenaza constantemente estos días electorales: Unos dicen que España se rompe y otros que no ven el peligro dar todo lo que pidan a los nacionalistas con el fin de seguir en el poder. Uno que es ciudadano de a pie creo que no hay que ser tan alarmista por el rompimiento de España, pero tampoco hay que ser tan generosos con los que quieren independizarse, a costa de vender la unidad del Estado Español, de nuestra querida España, por un poco de erótica del poder y seguir en el machito.
Tuve una experiencia con Kosovo. El mismo día que volaba desde Barcelona a Eslovenia, con la compañía Adria Airways, comenzaba la Guerra de Kosovo, cuando los aviones de la Alianza Atlántica iban a bombardear a las tropas serbias de Milosevic en esa provincia. Los aviones civiles tenían que dejar el espacio y las aerovías a los aviones militares de la OTAN. Gracias a ello sobrevolamos Liubjliana, la capital de ese país centro europeo, pegado a italia y Austria por el norte y a Croacia y el Mar Adriático por el sur. Tenía como compañero de asiento a un música esloveno de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y estaba ilusionado porque por primera vez en su vida veía a esta preciosa ciudad desde el aire.
Seamos positivos: Tengamos paz y sosiego; tengamos diversidad en la unidad. Es bueno ser diversos, pero no distintos. Me gusta ser catalán y vasco y madrileño, sin dejar de ser extremeño y por ende español; es decir, ciudadano del mundo.
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