La edad de oro

Mi amiga María Luisa Escribano, el factotum de ASAUTE, la Asociación de Aulas de la Tercera Edad, me pide que escriba algo sobre las personas mayores y esto es lo que me ha salido. Así de sencillo:

Soy una persona afortunada por contar con tantos amigos mayores. Me encanta su sapiencia, su buen hacer personal. Hoy, cuando no se da valor a esas cosas, nuestra sociedad tiene como valor la juventud pero una juventud sin riqueza personal, sólo la cortedad de años.

¿Qué puedo decir en esta carta a las personas que ya tienen unos años –más o menos- y que se encuentran dentro de ASAUTE, la Asociación de Aulas de la Tercera Edad? Lo primero es que son personas con una grandeza de espíritu, con unas ganas enromes de aprender, de relacionarse, de vida.

Desde hace años vengo relacionándome con más o menos periodicidad con ellas. Su gusto por la cultura, su deseo de viajar y encontrarse a otras gentes y a otros pueblos en otros lugares de nuestra querida y rica geografía española, hace que se asocien y sean como esas cerezas que tiran unas de otras y hacen amistad y se reencuentran y hacen vida, se sienten vivas y útiles en la sociedad.

El aprendizaje en unas ocasiones, la transmisión de valores y de conocimientos a las jóvenes generaciones dentro del seno de la misma familia o en la cercanía de los vecinos, hace de nuestros mayores unas enciclopedias vivientes y ambulantes que hay que admirar y respetar.

Tengo para mí que muchos no valoran esa enorme riqueza del veterano, del senior, del adulto con capacidad de enseñar. Mostremos al mundo nuestros valores. Deseemos enriquecernos en lo espiritual. La vida laboral ya está hecha; ahora sólo nos queda cuidar de nosotros mismos y dar nuestro poco tiempo disponible a los que más lo necesiten: Sean nuestros nietos, nuestros hijos, nuestros vecinos o las personas más cercanas.

Enriquecer nuestras vidas con la cultura, con las ganas de aprender ha de ser nuestro deseo inmediato y por otra parte ofrecer nuestra rica experiencia de una vida, plenamente vivida a los jóvenes que tenemos cerca, porque de la enseñanza que reciban así se comportarán en un futuro nada lejano. Todos ganamos con ello.