Hacía poco menos de un mes que había fallecido de repente mi padre y mi semblante esos días era de viva tristeza. Había acabado la jornada en mi despacho de Turismo de España y me disponía a comer con una compañera de trabajo en el restaurante que estaba debajo de la oficina, "El Azul". Nada más sentarnos a la mesa, como a las 15,00 horas, veiamos asombrados en directo por la televisión los horribles atentados contra las Torres Gemelas. Hubo un gran silencio en el salón y los que allí estábamos no podíamos dar crédito a lo que veíamos.
Comimos rápido y nos fuimos a la oficina. Había que ponerse a la disposición de los jefes por si había algo que hacer. Me tocó llamar a la Oficina Española de Turismo en Nueva York, que se vio directamente afectada por el gran atentado. Se les pidió que abandonaran el edificio y se fueran a sus casas. Alguién reclamó desde España que no estaban en sus puestos de trabajo. ¡Vaya tontería!.
Mientras vivía esos momentos históricos, recordé dos cosas: El secuestro de un avión desde Barcelona a Palma de Mallorca, con el asesinato del piloto, y del que tuve que informar en el diario "Baleares" aquella desagradable tarde. Recuerdo que cuando fui al aeropuerto de Mallorca, tras resolverse infelizmente el suceso, pude hablar con un pasajero al que conocía y que con el tiempo fue consejero de Agricultura del Gobierno Balear, y al que pregunté sus impresiones. Imagínense cuáles podían ser. Algo así -y mucho peor- debieron las que sufrieron los cientos de secuestrados en los cuatro aviones que se derrumbaron en los Estados Unidos.
La segunda cosa que recordé es que en 1992 pude subir a una de las Torres Gemelas, durante mi presencia en un congreso de la Federación Mundial de los Periodistas de Turismo, que se celebró en la ciudad americana de Atlantic City y durante el cual recorrimos también la ciudad de los rascacielos. Tuve oportunidad de almozar en el restaurante de las Torres Gemelas y fotografiar desde alli el puente de Brooklyn. Tengo que buscar las diapositivas y escanearlas y ponerlas en este artículo dedicado al horror que producen los terroristaas por alcanzar por unos equivocados ideales.
Y para terminar, relacionado con el terrorismo y los aeropuertos, recuerdo que tuve en mis manos la fotografía que se hizo Ali Agca, el terrorrista que atentó contra el Papa Juan Pablpo II el día de la Virgen de Fátima. Alí Agca había pasadio por el aeropuerto de Mallorca, cuando yo trabajaba alli y una revista me encargó localizar la fotografía que se había hecho. Imagínense el trabajo cuando cada semana pasan por allí miles y miles de viajeros turistas que eran retratados por el fotógrafo de la empresa encargada de este servicio en el aeropuerto y que después exponía las fotos para ser vendidas como recuerdos a los turistas tras la marcha de sus vacaciones. Al final puede localizar la fotografía con el dichoso terrorista. Le recuerdo con una bolsa a la salida por la puerta trasera del edificio. Con sangre fria dejaba su recuerdo en una pacifica isla como es Mallorca... y días después atentaba contra el Santo Padre.
Comimos rápido y nos fuimos a la oficina. Había que ponerse a la disposición de los jefes por si había algo que hacer. Me tocó llamar a la Oficina Española de Turismo en Nueva York, que se vio directamente afectada por el gran atentado. Se les pidió que abandonaran el edificio y se fueran a sus casas. Alguién reclamó desde España que no estaban en sus puestos de trabajo. ¡Vaya tontería!.
Mientras vivía esos momentos históricos, recordé dos cosas: El secuestro de un avión desde Barcelona a Palma de Mallorca, con el asesinato del piloto, y del que tuve que informar en el diario "Baleares" aquella desagradable tarde. Recuerdo que cuando fui al aeropuerto de Mallorca, tras resolverse infelizmente el suceso, pude hablar con un pasajero al que conocía y que con el tiempo fue consejero de Agricultura del Gobierno Balear, y al que pregunté sus impresiones. Imagínense cuáles podían ser. Algo así -y mucho peor- debieron las que sufrieron los cientos de secuestrados en los cuatro aviones que se derrumbaron en los Estados Unidos.
La segunda cosa que recordé es que en 1992 pude subir a una de las Torres Gemelas, durante mi presencia en un congreso de la Federación Mundial de los Periodistas de Turismo, que se celebró en la ciudad americana de Atlantic City y durante el cual recorrimos también la ciudad de los rascacielos. Tuve oportunidad de almozar en el restaurante de las Torres Gemelas y fotografiar desde alli el puente de Brooklyn. Tengo que buscar las diapositivas y escanearlas y ponerlas en este artículo dedicado al horror que producen los terroristaas por alcanzar por unos equivocados ideales.
Y para terminar, relacionado con el terrorismo y los aeropuertos, recuerdo que tuve en mis manos la fotografía que se hizo Ali Agca, el terrorrista que atentó contra el Papa Juan Pablpo II el día de la Virgen de Fátima. Alí Agca había pasadio por el aeropuerto de Mallorca, cuando yo trabajaba alli y una revista me encargó localizar la fotografía que se había hecho. Imagínense el trabajo cuando cada semana pasan por allí miles y miles de viajeros turistas que eran retratados por el fotógrafo de la empresa encargada de este servicio en el aeropuerto y que después exponía las fotos para ser vendidas como recuerdos a los turistas tras la marcha de sus vacaciones. Al final puede localizar la fotografía con el dichoso terrorista. Le recuerdo con una bolsa a la salida por la puerta trasera del edificio. Con sangre fria dejaba su recuerdo en una pacifica isla como es Mallorca... y días después atentaba contra el Santo Padre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario