26 de agosto de 2009
Hoy he comprado pan en un Carrefour city de Madrid. En la caja, al ir a pagar, he tomado un tríptico que anunciaba que la empresa no dará más bolsas a los clientes para meter la comida que compre. Y tras leer el folleto con tranquilidad, puedo decir que me han convencido. Hay que echarle una mano al medio ambiente, ya que las bolsas de plástico se usan una media de 15 minutos y su destrucción completa puede durar 400 años, contaminando las tierras y las aguas. Aquí, en las aguas, muchos animales, las confunden con peces o plancton, las tragan y se mueren. Indudablemente hacemos muy mal consumiendo miles y millones de bolsas de plástico. Los datos de
¿Y qué pretende la internacional Carrefour, la segunda distribuidora mundial de alimentos, tras la estadounidense Walmart?. Pues sencillamente vender otras bolsas ecológicas, algunas de ellas fabricadas con fécula de tuberculo y bioplásticos, nada dañinas para el medio ambiente. Evidentemente es un tema comercial, nadie lo duda, pero tampoco pongo en duda que las grandes empresas y los consumidores pueden y deben hacer algo, poco o mucho, por el medio ambiente. Aquí vivimos todos y entre todos tenemos que cuidarlo.
Para más información, Carrefour dice que está comprometida con el medio ambiente. En ese tríptico informa además que apoya la recuperación de un tramo del río Manzanares en el Parque Suroeste de Madrid, colabora en plantar especies autóctonas para el oso en los concejos de Taverga y Degaña; colabora con
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