Conocí a Román Carrasco como miembro
de la junta directiva nacional de la FEPET, Federación Española de Periodistas
de Turismo, de la que un servidor es ahora vicepresidente, desde hace unos ocho
años, pero ya en los últimos días hasta que haya nueva junta. Román Carrasco
estaba en la junta de Jesús Vasallo, periodista de la vieja escuela y padre del
hombre del turismo español Ignacio Vasallo, quien cuando fue director general
de Turismo de España, allá por 1983 ideó, junto al pintor Joan Miró, el
logotipo del turismo español brindando la oportunidad al artista catalán a que
dedicara una de sus obras para ese sector de la economía que da tantos puestos
de trabajo y riqueza a nuestro país.
Con el tiempo Román y yo hicimos a amistad,
después de que coincidiéramos en la ciudad estadounidense de Atlantic City, en
la costa este, en un congreso mundial de periodistas de turismo, una ciad del
juego, similar a Las Vegas. La amistad se fortaleció cuando los dos elegimos
acudir durante el post – congreso a la ciudad más antigua de los Estados Unidos
de América, llamada San Agustín, la ciudad fue fundada por los españoles en el
año 1565, donde se encuentra un curioso castillo de Sa Marcos, realizado con
piedra de coquina, una mezcla de moluscos y arena
Con el tiempo, en 2005, la empresa de Román Carrasco que
editaba la revista turística “Actualidad hostelera”, tuvo a bien entregarme la
Medalla a la Profesionalidad.
Desde hoy no está con nosotros y he
ido a darle el pésame a su hija Eva Carrasco, en el tanatorio de Collado
Villalba. Le he recordado una simpática anécdota y es que Román se ofreció a
invitarme a una cerveza en el Club de Campo Somontes en El Pardo, pero creo que,
de momento, no va a poder ser. Arranqué una sonrisa a Eva, quien me presentó a
su hijo quinceañero, como el señor que acompañó en el hotel Taj Mahal de los
Trump en Atlantic City, al abuelo en el almuerzo con Donald Trump. Quien quiera
leer algo más sobre este último asunto apunte o pique este enlace titulado “Cómo
conocí a Donald Trump”:
Una aclaración, mi amigo médico y
hombre de letras, Antonio Herrera Casado, cronista oficial de Guadalajara,
tiene más memoria que yo y me rectifica diciendo que no fue en Nueva York, sino
en el hotel casino Trump Taj Mahal de Atlantic City hoy totalmente cerrado
Sencillamente, gracias.
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