Pues bien, esto ocurrió hace hoy una semana. Pasear por la charca de beber de mi pueblo de Las Brozas una soleada mañana otoñal es un verdadero deleite para el espíritu y para el viajero amante de la naturaleza. Disfrutar del ambiente claro y sereno de esta zona del oeste cacereño es un placer. Si a ello le añadimos el sonido de los pájaros silvestres de la zona, un vuelo rápido y asustadizo de una pareja de cigüeñas negras, uno cree estar en el paraíso.
Pero no es así. Sólo se trata de una ZEPA, una Zona Especial de Protección de Aves. Las ZEPAS forman la Red Natura 2000 junto a las Zonas de Especial Conservación. Aquí la naturaleza ha sido apenas tocada y puede verse un precioso bosque de encinas junto a la charca de beber, donde se dan las típicas y famosas tencas de Brozas, que un servidor con tres personas más una tarde - noche de verano literalmente nos inventamos en el espacio escénico de San Benito de la Orden Militar de Alcántara, en plena semana del Festival de Teatro, la Fiesta de la Tenca, que en 20 años ha conseguido ser declarada la primera Fiesta Turístico y de Interés Gastronómico de la región, otorgada por la Junta de Extremadura en agosto de 2001.
Pues bien esto ocurrió hace una semana. En esta preciosa charca y sus alrededores existen además de la difícil de ver cigüeña negra, otras once especies de aves, tales como el zapullín chico, la grulla, la garcilla bueyera, el somormujo lavanco y el porrón moñudo, entre otras. En el cielo unas águilas ratoneras planean sobre mi cabeza buscando el alimento de la jornada, mientras unas ovejas mordisquean los primeros brotes de hierbas tiernos que nacen con las lluvias otoñales. Un poco más lejos, la casa de la finca de Greña, un palacete rural de primeros del siglo XX, con un estilo ecléctico donde abunda también el modernismo y ciertos toques de Gaudí.
Para más información de Las Brozas: http://www.brozas.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario