S/ 27 de septiembre de 2008.
Hemos salido de Guayaquil, la gran ciudad del sur, hacia Cuenca, en la montaña. Cuenca es la tercera ciudad más importante de Ecuador y está considerada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad por el entramado histórico y colonial.
La salida de la llanura guayaquileña y la subida a las montañas centrales del Ecuador se reparte un gran territorio agrícola donde se producen plátanos y arroz. Las casas, en forma de palafito, albergan a los ciudadanos de esta zona del país. En estos momentos llevamos subiendo ni se sabe en medio de una espesa niebla y una carretera de tercera, llena de baches, que deja entrever a ambos lados una exuberante vegetación tropical Los expedicionarios dormitan en el autobús. Poco a poco el sol se deja ver e intenta mostrar la belleza montañera.
El autobús traquetea por la carretera que une Guayaquil con Cuenca, una carretera nacional llena de baches, pero la belleza del paisaje lo compensa todo. El final del viaje, que es el almuerzo, es Gualaceo, el jardín de la provincia del Azuay. El almuerzo se hace en un restaurante típico, “La Campiña”, que nos ofrece sopa de papas y una menestra de carne con arroz y un plátano frito, muy rico. Como bebida ofrecieron al viajero vino de mora, vino de Chicaguiña, y que sirvió como aperitivo
Aquí comienza el corredor turístico del río Santa Bárbara, que continúa en Chordeleg y Sigsig, pero esto ya es otra crónica.
Hemos salido de Guayaquil, la gran ciudad del sur, hacia Cuenca, en la montaña. Cuenca es la tercera ciudad más importante de Ecuador y está considerada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad por el entramado histórico y colonial.
La salida de la llanura guayaquileña y la subida a las montañas centrales del Ecuador se reparte un gran territorio agrícola donde se producen plátanos y arroz. Las casas, en forma de palafito, albergan a los ciudadanos de esta zona del país. En estos momentos llevamos subiendo ni se sabe en medio de una espesa niebla y una carretera de tercera, llena de baches, que deja entrever a ambos lados una exuberante vegetación tropical Los expedicionarios dormitan en el autobús. Poco a poco el sol se deja ver e intenta mostrar la belleza montañera.
El autobús traquetea por la carretera que une Guayaquil con Cuenca, una carretera nacional llena de baches, pero la belleza del paisaje lo compensa todo. El final del viaje, que es el almuerzo, es Gualaceo, el jardín de la provincia del Azuay. El almuerzo se hace en un restaurante típico, “La Campiña”, que nos ofrece sopa de papas y una menestra de carne con arroz y un plátano frito, muy rico. Como bebida ofrecieron al viajero vino de mora, vino de Chicaguiña, y que sirvió como aperitivo
Aquí comienza el corredor turístico del río Santa Bárbara, que continúa en Chordeleg y Sigsig, pero esto ya es otra crónica.
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